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TRANSGRESIÓN, PECADO E INIQUIDAD
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“el que guarda misericordia a millares, el que
perdona la iniquidad, la trasgresión y el pecado, y que no tendrá por
inocente al culpable ; el que
castiga la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los
hijos hasta la tercera y cuarta generación”.
Éxodo
34:7
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C
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uando Dios dio la orden a Adán de que no podía
comer del árbol de la ciencia del bien y del mal (Gn. 2:17) aún no existía en
el hombre lo que se ha conocido como pecado,
ya que Adán era una de las obras perfectas que Dios acababa de formar, por lo tanto no podía
contener dentro de sí este elemento mortífero.
En el momento en que Eva desobedece y da de comer a Adán se comete el
primer pecado de la humanidad (Gn. 3:6).
La puerta que Adán abriría daría paso a una serie
de acontecimientos desastrosos para la vida del hombre (Ro. 5:12), todos
traeríamos ese estigma sobre nosotros, el cual nos conduciría casi
irremediablemente hacia la muerte. Sin
embargo, a pesar de que la puerta se dejó abierta, Dios actuó con misericordia
hacia el hombre, por lo que el pecado entraría únicamente si el hombre le diera
lugar (Gn. 4:7), de lo contrario el pecado nos destrozaría mucho antes de lo
que pensamos.
Ahora, ¿a qué se refiere la Biblia cuando habla de
pecado? Será que esto es algo así como una potestad
que nos asedia día y noche…? o Quizá ¿sea algo que llevamos dentro y de repente
se manifiesta haciendo cosas contrarias a la voluntad de Dios…? o más bien son
simplemente acciones que realizamos inconscientemente y sin pensarlo.
¿QUÉ ES EL
PECADO?
P
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ecado se traduce de la palabra griega Jamartia,
que significa errar el blanco, esquivar
un límite, perder la marca (Strong G266).
La Biblia dice que el pecado es el arma que utiliza la muerte y a su
vez, que el poder que el pecado tiene sobre el hombre lo ejerce por medio de la
ley (1 Co. 15:56), con lo que podemos decir que la ley nos somete al pecado y
el pecado asimismo nos conduce a la muerte.
Por eso decía el Espíritu Santo, por medio del apóstol Pablo, que Cristo
ha venido a librarnos de la ley, del pecado y de la muerte (Ro. 8:2), por lo
que es necesario que Cristo opere en estas tres áreas.
Sabemos, según la Biblia, que el pecado puede
manifestarse en nuestra vida por medio de 3 formas similares unas con otras,
estas maneras se presentan de forma gradual empezando por algo aparentemente
sin importancia, hasta poder llegar a convertirse en un lazo que conduce a la
apostasía. Estas tres etapas a que se
refiere la Biblia (Ex. 34:7, Sal. 32:5) son:
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Transgresión se refiere a quebrantar una ley, el
pecado sería practicar la transgresión y la iniquidad el permanecer en pecado,
esto último conllevaría hacia una apostasía.
El pecado es algo que está constantemente estorbándonos
y provocándonos un lastre que nos impide correr la carrera (He. 12:1) y estar
tranquilos alabando y adorando a nuestro Dios (Jos. 7:19).
1.
¿CÓMO ENTRÓ EL PECADO AL MUNDO?
La Biblia nos indica que el pecado entró al mundo
cuando Eva desobedeció y comió del fruto del árbol que estaba en medio del
huerto (Ro. 5:12; Gn. 3:6), y por el pecado entró la muerte, la que se extendió
a todos los hombres. Sin embargo,
tenemos la promesa que así como en Adán todos mueren, también en el postrer
Adán, que es Cristo, todos seremos vivificados (1 Co. 15:22).
2.
¿DÉ DONDE VIENE EL PECADO?
Según (Santiago 1:15 RV60), la concupiscencia nos
lleva hacia la seducción, luego somos tentados para después, caer en pecado, el
que nos conduce hacia la muerte.
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La concupiscencia radica muy dentro del corazón
del hombre y se hace notoria cuando llega la tentación, de tal manera que si no
nos ministramos adecuadamente antes de que venga la tentación, puede ser que no
estemos preparados para recibirla y caigamos en pecado, por eso decía el
salmista “…líbrame de mis pecados, aún de aquellos que me son ocultos…
queriendo expresar su deseo de que la tentación no encuentre receptor de
concupiscencia en nosotros y podamos resistir (He. 4:15).
3.
EL REMEDIO PARA EL PECADO
En el Antiguo Testamento los pecados del pueblo
eran únicamente cubiertos por medio del sacrificio de un cordero (Sal. 32:1), ahora en el Nuevo Testamento
nuestros pecados son borrados por medio del cordero perfecto, “Jesucristo” (Jn.
1:29); sin embargo, debemos de
dar un paso muy importante para
que estos pecados sean quitados de nosotros: la confesión (Pr. 28:13) y el
apartarse (Hch. 3:19) porque el arrepentimiento y la conversión es la única
manera de borrar definitivamente de nosotros el pecado.
L
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a transgresión es la infracción de la ley o de un
mandamiento específico, es salirse del camino para andar donde no le
corresponde (Ro. 4:15). El pecado es un
poder que se opone a Dios, pero la iniquidad, es el pecado en toda su
extensión.
El pecado está a la puerta (Gn. 4:7), Cristo
también está a la puerta llamando para ver si alguien la abre y le deja entrar
(Ap. 3:20). ¿A quién le vas a abrir? En
ti está el poder de decisión, éste es tu libre albedrío… Recuerda que cuando el pecado toca la
puerta, tú lo puede sojuzgar, porque Cristo nos ha liberado de la ley, del
pecado y de la iniquidad.
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