ESTUDIOS GENERALES


LA CONFESION QUE LIBERTA

PERO SI LE CONFESAMOS A EL NUESTROS PECADOS, PODEMOS CONFIAR EN QUE EL NOS PERDONARA TODO PECADO. EL LIMPIARA NUESTRAS VIDAS. I Juan 1:9

INTRODUCCION:
El acto de la confesión fue establecido por el SeÔor (Lv. 26:40), para que el hombre tuviese libertad, vida abundante y sea limpiado de toda maldad. En las Escrituras se identifican varias aplicaciones de la confesión. Pero el objeto de nuestro estudio es conocer cuál es la confesión que liberta al cristiano.

I. QUE ES CONFESAR:
Existen varias definiciones de lo que es confesar. Un diccionario dice: Confesar es manifestar uno sus hechos, ideas y sentimientos. Ejemplos de confesión existen muchos, uno de ellos es: Adán y Eva; ellos manifestaron sus hechos, sus sentimientos e ideas. Tal confesión conmovió el corazón de Dios, que los libertó al ser justificados cuando los cubrió de pieles (Gn. 3:21).

Confesar es abrir el corazón delante de Dios (Sal. 32:5,6); el hombre no tiene nada que ocultar, no puede esconderse porque Dios se encuentra en todo lugar (Sal. 139:7-12). Aun los seres que nosotros consideramos invisibles no pueden ocultarse de los ojos de Dios. En la Biblia versión Torres Amat dice: "No hay criatura invisible a su vista, todas están desnudas y patentes a los ojos de este SeÔor, de quien hablamos" (He. 4:13).

II. A QUIEN DEBO ACUDIR PARA CONFESAR ALGO?
El apóstol Santiago recomienda al nacido de nuevo que ha ofendido a su hermano a que confiese su ofensa; el que confiesa sus hechos es porque reconoce cuál es su condición, reconoce que necesita ser sanado y libertado. El SeÔor pide que declaremos nuestros pecados a hombres justos para que oren, ya que su petición bien dirigida será eficaz (Stg. 5:16).

III. CONSECUENCIAS POR NO CONFESAR
En el Antiguo Testamento una figura que simboliza al cristiano es el pozo. El pozo tenía que mantenerse limpio para que fluyera el agua. Un pozo sucio no puede ser usado (Gn. 26:15), hay que destaparlo. Así el hombre que acumula sus pecados tapa su pozo y para ser limpiado debe confesarlos. A continuación se enumeran algunas consecuencias de la falta de confesión de david y que vienen a ser un reflejo real de lo que puede ocurrir.

a. El cristiano se mantiene cargado (Sal. 38:4).
b. No tiene gozo, anda enlutado (Sal. 38:6).
c. Se debilita (Sal. 38:8-17).
d. No tiene revelación (Sal. 38:10).
e. Se dan derechos al enemigo (Sal. 38:12).
f. No hay alabanza y adoración (Sal. 38:13).
g. No fluye el Espíritu.
h. Se contrista al Espíritu Santo.
i. No puede ser usado porque necesita limpieza (Gn. 26:18).
j. Padece de enfermedades (Sal. 38:3).











IV. BENEFICIOS DE LA CONFESION
El confesar requiere una actitud como lo es el arrepentimiento y posterior a la confesión, el apartarse. El siguiente listado presenta algunos de los beneficios de una confesión sincera, una confesión hecha de todo corazón, hecha para agradar al SeÔor.

1. Dios nos limpia de toda maldad (Sal. 32:5-7; I Jn. 1:9).
2. Tiene revelación y dirección de Dios (Sal. 32:8, Is. 58:11).
3. Alcanza misericordia (Pr. 28:13).
4. Será restaurado (Is. 58:8).
5. Tendrá reposo.
6. Hay libertad, no se llevan cargas.

Cuando se confiesa, como consecuencia de un arrepentimiento genuino, se obtiene el perdón de Dios, y El se olvida de todo lo que hemos hecho (He. 8:12).

V. POR QUE NO SE PRACTICA LA CONFESION?
Muchas veces se conocen los beneficios y consecuencias de la confesión pero no se realiza. Las personas que no confiesan sus pecados tratan de ocultarlos, engaÔándose a sí mismos. Las razones que detienen practicar una verdadera confesión son:

El Orgullo: El altivo de corazón no confiesa sus pecados, porque se considera intachable, no tiene nada de qué avergonzarse, se considera superior.

La Dureza de Corazón: No oye la voz del Espíritu, se sienten bien en su condición pobre y alejada de Dios. Lo que es aún peor, se entregan a practicar toda suerte de impurezas (Ef. 4:17-19).

La Desconfianza: Muchos se preguntan Me perdonará Dios? Porque no tienen fe, ya que Él ha dicho: "Entrad confiadamente al trono de la gracia para que recibamos misericordia" (He. 4:16).

El SeÔor ha enviado que oren unos por otros, que el necesitado pida auxilio o ayuda a un ministro y en forma convenida rompan ataduras en el SeÔor. Otros no piden ayuda porque consideran que su confesión será publicada, cuyo temor no permite que se realice una ministración efectiva.

Falta de conocimiento; Algunos tienen el deseo sincero de expresar lo que existe dentro de ellos pero desconocen que el SeÔor ha establecido la ministración. Otros han recibido una enseÔanza errada de lo que es la ministración y el mover del Espíritu Santo.

Dios ha dado promesas a su pueblo mostrando así su inmenso amor y misericordia. Isaías 41:13 dice: "Porque yo, Jehová, soy tu Dios que te toma fuertemente de tu mano derecha y te dice: No temas, Yo te ayudo".

CONCLUSIONES:
• La confesión que liberta es la que se hace creyendo que Dios perdona y restaura.
• La confesión que liberta es la que se realiza sin doblez de corazón.
• Quien no confiesa sus pecados y se aparta no prosperará.




EL ESPIRITU SANTO Y LA MINISTRACION

O PENSAIS QUE LA ESCRITURA DICE EN VANO; EL ESPIRITU QUE EL HA HECHO MORAR EN NOSOTROS NOS ANHELA CELOSAMENTE? Santiago 4:5

INTRODUCCION:
Indudablemente que la labor de ministración no será posible sin el auxilio del Espíritu Santo. No se puede hacer la obra de Dios con esfuerzo propio. El Espíritu Santo que está modelando la imagen de Cristo en nosotros se vale de muchos métodos, uno de ellos es la ministración.

I. EL ESPIRITU SANTO:
El pueblo de Israel fue libertado de la esclavitud de Egipto por medio de Moisés. Posteriormente Josué se convirtió en el líder que guió al pueblo a tomar la tierra de Canaán. Lo sucedido al pueblo de Israel es sombra para nosotros.

Cristo nos libró del reino de las tinieblas y nos ofrece vida abundante. Para alcanzarla delegó al Espíritu Santo para que nos ayude. Pero esa tierra, estaba poblada por reyes a quienes Dios mandó a desalojar. Josué que guiaba al pueblo de Israel, indicaba la estrategia a utilizar para vencerlos. Así el Espíritu Santo nos guiará de tal forma que venzamos en las batallas para poseer nuestra alma.

Otra figura que nos muestra el trabajo de Cristo y el Espíritu Santo es la roca de la cual brotó agua mientras el pueblo de Israel transitaba el desierto (Ex. 17:1-7). Cristo es la roca y el agua, el Espíritu Santo. Por eso Cristo dijo que si alguno tenía sed, fuera a El y bebiera. Quien creyera en El de su interior correrían ríos de agua viva. (Jn. 7:37,38). Esos ríos de agua viva, representan el poder de Dios actuando en nuestras vidas.

Mientras el pueblo de Israel avanzaba rumbo hacia Canaán, Dios ordenó a Moisés construir una tienda en donde él habitó. Este tabernáculo estaba compuesto por Atrio, Lugar Santo y Lugar Santísimo. Estas divisiones son un claro ejemplo de la integración del ser humano.

El hombre es un ser tripartito compuesto por cuerpo, alma y espíritu. En cada división del tabernáculo ministraban determinados sacerdotes. En el lugar Santísimo solo el Sumo sacerdote podía ministrar, figura de Cristo quien trata con nuestro espíritu. Los sacerdotes que ministraban en el Lugar Santo simbolizan a los siervos del Señor que realizan su labor a nivel de nuestra alma.

Entre los muebles que se encontraban en el Lugar Santo estaban; el Candelero, cuya luz es tipo del Espíritu Santo revelando o evidenciando lo que hay en nuestra alma. El Espíritu muestra la raíz de nuestro problema proveyendo así mismo la solución. Areas del alma o inclusive enfermedades físicas que no podrán ser descubiertas a menos que el Espíritu muestre lo que motivó tal deformación.









Comer los panes que se encontraban en el Lugar Santo significa primeramente, que quien ministra debe alimentarse con la Palabra, instruirse para dar un consejo apropiado. Pero también, significa tragarse lo que el ministrado le participe. Son cosas que deben quedarse en nuestro vientre y que no deben salir, posteriormente se debe llevar delante de Dios la necesidad del hermano en el altar del incienso.




El incienso representa la oración por medio de la cual se mantiene la comunión con Dios. Sólo de esa forma vamos a percibir lo que Dios quiere decir. Si nosotros deseamos ser amigos de Dios necesitamos frecuentarlo, cultivar esa relación por medio de la oración (I Ts. 5:17). Para quien ministra es vital estar en la presencia de Dios, de otra manera estará ministrando en la carne.

El sumo sacerdote que ministraba en el Lugar Santísimo pedia por el auxilio de Dios para resolver los problemas del pueblo. Para que nosotros entremos al Lugar Santísimo necesitamos estar llenos del Espíritu, pues de otra manera no entramos, ya que Allí esta la gloria de Dios y en esa luz van a ser resueltos los problemas de todos.

II. LOS DONES DEL ESPIRITU:
El Señor Jesucristo desarrolló su ministerio terrenal con el auxilio del Espíritu Santo. En el se movían los dones de discernimiento, palabra de ciencia, milagros, etc. En una ocasión cuando entraba en una sinagoga, había una mujer encorbada hacía 18 años. El no oró por su enfermedad, reprendió un espíritu de enfermedad y ella quedó libre de su enfermedad (Lc. 13:10-13).

Pero hoy el Espíritu reparte dones (I P. 4:10). El reparte a quien El quiere de manera que edifique al Cuerpo de Cristo. Hay diversidad de dones, no solo para discernir, sino para dar la palabra que el ministrado necesita (I Co. 13:7-11). Quien ministra debe anhelar los dones que le serán de utilidad para desempeñar con eficacia lo que le han encomendado (I Co. 12:31).

El libro de los Hechos muestra cómo el Espíritu obró a través de los dones del Espíritu Santo. Pablo por medio del discernimiento de espíritus entendió que un espíritu de adivinación había en una muchacha, quien le salía a su encuentro y le adulaba (Hch. 16:16).

Por el Espíritu se puede dar Palabra de Ciencia o de Sabiduría, se puede ministrar fe o sanidad según el Espíritu indique. Pero nunca hay que hacer nuestros propios moldes al ministrar. El Espíritu conoce mejor que nosotros el caso, El determinará un curso correcto de acciones. Recordemos que la ministración es una batalla espiritual que no se puede ganar en la carne. Su estrategia no la puede trazar el ingenio humano (Ef. 6:12).

III. LOS EFECTOS EN LA MINISTRACION
El relato del buen Samaritano es una sombra de las heridas que sufre el alma en el pasado y la forma cómo pueden ser curadas. El buen samaritano, quien representa a los que ministran, aplicó aceite y vino para curar al necesitado (Lc. 10:29-37).

El aceite es tipo del Espíritu y actúa para ablandar algo duro o un tumor. Ahora entendemos la acción del Espíritu en nuestra vida. Cuántas veces nos hemos sentido cargados o con estorbos. Al buscar el auxilio del Señor El nos unge con su Espíritu y la dureza o el dolor desaparece (Pr. 27:9).

El otro elemento medicinal es el vino y que también representa al Espíritu; generalmente, cuando se emplea, se habla del efecto que produce el Espíritu, como lo es el Gozo (Pr. 31:6; Gá. 5:22). Nuestro Señor enseñó que al recibir el Espíritu sobre nosotros nos sería suministrado Poder (Hch. 1:8). Este poder no es para utilizarlo antojadizamente, sino para glorificar su nombre.

CONCLUSIONES:
 El Espíritu Santo que mora en nosotros está grabando la imagen de Jesucristo, de manera que seamos presentados santos y sin mancha.
 La ministración efectiva es aquella en la que el Espíritu nos guia.
 Para actuar en el Espíritu es necesario permanecer sensibles a la dirección del Espíritu Santo.


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